PRONGAMOSA, LECHE Y SANCOCHO Por Rodrigo Rieder Ese día llovía copiosamente en las sabanas de Minquillo, dormía en una hamaca colgada sobre dos puntales de Guayacán y el pajizo techo dejaba escapar una gotera que se pulverizaba al chocar con las tirantas atravesadas sobre mi cabeza dando la sensación que estaba en una suite con aire acondicionado tras el frio y la humedad que me causaba el roció que llegaba a mi cuerpo. Me levanté y fui a sentarme en un tronco de madera adaptado como asiento al escuchar el bramido de las vacas que ordeñaba Luis Antonio García, esposo de una hermana de mamá llamada Rosa Romero, tía fallecida; corrían los tiempos de Semana Santa y había ido con mi compadre Marcelino Rodríguez a pasar esos días de acogimiento al lugar más tranquilo que se nos vino a la mente y salimos para Verdecia. Ahí estábamos, durmiendo en hamacas el uno al lado del otro, escuchando el cantar de los pájaros cucaracheros que nadie les pone cuidado, pero que tienen un canto va
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"Los Mañocos" Grupo familiar que más a ganado festivales vallenatos en Colombia · Algún instrumento toca cualquiera de ellos · Han recorrido el país y ganado más de 500 veces Por Rodrigo Rieder Durán El llamado “Trío de Oro” compuesto por Máximo Móvil, Sergio Moya Molina y Hernando Marín llevaron al acordeonero Oscar Negrete a Luís y Jairo Suárez como Guacharaquero y cajero a amenizar una fiesta donde Rafael Daza (q.e.p.d.) en Becerril, quien al ver a Lucho y Jairo muy jovencitos les dijo “yo no parrandeo con pelaos, mándenlos pa', atrás”. El difunto Hernando Marín le contestó a Rafael Daza: “esos pelaos son unos mañocos”. Fue tan emocionante y larga la parranda que al anfitrión lo hospitalizaron dos días después a causa del exceso de licor y el trasnocho, cuando se mejoró todavía estaba la parranda prendida y gritó desde el lecho “llévense a los mañocos de aquí”, en otra parranda dos meses después pasó lo mismo y el mis
MUJERES OJO CON LAS CIRUGÍAS PLÁSTICAS
Por Rodrigo Rieder He tratado de entender a las mujeres toda una vida, pero me doy por vencido cuando recuerdo una frase que me dijo un veterano (Laureano Collazos Sanín): “A las mujeres no trates de entenderlas, a ellas solo hay que quererlas”. Cuando noto que una mujer no se quiere a sí misma, entonces trato de quererla yo. A veces ellas se confunden y creyendo quererse tratan de modificar sus cuerpos con operaciones quirúrgicas que luego pasan a ser unas pesadillas durante el resto de sus vidas. Es que el cuerpo no resiste a esa transformaciones y comienza a buscar alternativas que traen como consecuencia incomodidades, dolores, tensión de músculos, deformación de células y miles de cosas más. Tan hermosas como son las hembras al natural, una mejilla tersa aun con arugas es deliciosa al contacto; una nalg flácida y tibia no es desagradable acariciarla; también los flácidos brazos de un cincuentona dan apretujones deliciosos y quien dijo que unos labios de mujer madura no saben besa
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